Para esta obra, Erico Schick buscó generar en el espectador un mundo imaginario acompañando la poesía de las escenas, el gesto de los bailarines y de los materiales. Utilizó para ello sampleos de ambientes, maderas y sonidos de movimientos grabados durante los ensayos.
“Cuando se lo deja, el cuerpo toma las formas de las cosas, el ritmo que tiene todo. Si hay condiciones, el cuerpo se extiende en el espacio y en el tiempo, desprende líneas y direcciones, sigue la veta de la madera, crece de la línea al plano, del plano al volumen.”
Cliente: Compañía Nacional de Danza Contemporánea
Director: Gustavo Lesgart